Kanyar es una revista francesa de creación que se publica en París semestralmente. Su director, André Pangrani, se puso en contacto conmigo hace unas semanas para plantearme la posibilidad de publicar en la revista la traducción de alguno de los relatos del El mes más cruel, y poco después ya estaba trabajando con Marie-Jeanne Bourdon, quien iba a ser la traductora de «El fumigador» («Le désinsectiseur»). La experiencia resultó muy curiosa y, sobre todo, enriquecedora, ya que durante unos días estuve al otro lado de lo que es la actividad de traducción de un texto literario, y aprendí mucho a partir de las dudas y las preguntas de Marie-Jeanne. Me di cuenta de que los detalles y precisiones que para ella, como traductora, eran de una importancia mayúscula, para mí, como autora original del texto, no lo eran tanto. Y también comprendí que cuando yo me encuentro en su situación, es decir, cuando soy yo quien tiene que tomar una decisión y optar por una expresión u otra a la hora de traducir, la ansiedad que se me impone es la misma y la necesidad de exactitud y acierto también. Se trata del afán de perfección, con sus temores y sobresaltos, que nos asalta a todos.