El poeta Francisco Onieva ha leído Mente animal y ha tenido la amabilidad de escribir una reseña para el suplemento cultural Cuadernos del Sur.
Le agradezco no sólo el tiempo que ha dedicado a leer el poemario y a escribir sobre él, sino también, muchísimo, que destaque la importancia del miedo y de la naturaleza, y que hable del lenguaje, de lo agresivo y lo directo de las palabras.
Aquí la reseña de Francisco Onieva:
Sobre los miedos
Mente animal. Autora: Pilar Adón. Editorial: La Bella Varsovia.
Córdoba, 2014
Los miedos, tanto aquellos que articulan lo ignoto como los cotidianos, son los materiales con los que Pilar Adón (Madrid, 1971) construye Mente animal, su tercer poemario. El libro, cuya sugerente ilustración de cubierta corre a cargo de Laia Arqueros, se articula en dos partes: «El mundo hueco», compuesta por veintidós poemas, y «Decálogo», por otros diez. Si en la primera la mirada del yo poético se centra en la realidad exterior, con quien mantiene una relación conflictiva y dolorosa, sustentada en la inadaptación, en la segunda, y lejos del carácter admonitorio que sugiere el título y que se cuela por algunos versos, se plantea una indagación en la complejidad interior de un yo irrenunciablemente femenino. Y aquí juega un papel crucial la naturaleza, vista como una fuerza imposible de dominar que encierra en sí misma incertidumbre y desasosiego al tiempo que supone una huida a las regiones más sombrías de nuestra alma, aquellas que más nos cuesta aceptar. Para esto la poeta acude a un lenguaje claro y directo, sin ambages ni impostados recursos, llegando a utilizar un léxico violento y, en cierta medida, agresivo, pero que encierra cierta confianza en el ser humano («No todos los animales devoran a sus víctimas vivas / ni todos los hombres extraen provecho de los otros»).
Francisco Onieva